Capítulo 2
A Naruto
comenzó a darle vueltas la cabeza y tuvo nauseas. Pensó que iba a desmayarse.
-Tranquilo, tranquilo-le dijo Sasuke. Lo tomo por los hombros y lo obligo a tumbarse de nuevo-. ¿No te acuerdas de cuando te hiciste esa herida? – le preguntó. Él hizo un gesto negativo con la cabeza, y entonces el susurró:
-Debió de suceder cuando el avión cayó, no había sentido ningún dolor.-
-Estabas en
estado de shock. ¿Cómo te sientes ahora?-
Fue en aquel
momento cuando Naruto fue consciente del dolor.
-No está muy
mal-respondió. Y, al darse cuenta de que él lo estaba observando atentamente
para saber si decía la verdad, insistió: -De verdad, no me siento mal. Pero he
sangrado mucho, ¿no?-
-Sí- dijo él.
Y, con una expresión grave, comenzó a rebuscar en el maletín de primeros
auxilios.
-Tengo que
limpiarte la sangre para ver dónde está la herida.-
Sasuke abrió
la mochila que el rubio llevaba y saco una camiseta de suave algodón para
limpiar la sangre de la pierna. Naruto sintió la presión de sus manos, y casi
nada más aparte de eso, mientras observaba el cielo a través de las ramas de
los árboles.
Quizá se
hubiera apresurado al dar las gracias a Dios por estar vivo. Cabía la
posibilidad de que se desangrara allí mismo sin que Sasuke pudiese evitarlo. De
hecho, posiblemente se alegrara de librarse de él.
Una suave
imprecación lo sacó de su macabro ensimismamiento. Naruto alzó la cabeza y se
miró la pierna herida. A lo largo de toda la espinilla corría un profundo
corte, desde la rodilla hasta por encima del borde del calcetín.
Vio carne,
musculo, sangre. Era repugnante, y no pudo evitar gemir.
-Túmbate,
demonios.-
Débilmente,
Naruto obedeció.
-¿Cómo ha
podido pasarme eso sin que yo lo notara?-
-Probablemente,
se abrió como la piel de un tomate a causa del impacto.-
-¿Puedes
hacer algo?-
-Limpiar la
herida con agua oxigenada.-
-¿Me va a
doler?-
-Probablemente.-
Sin prestar
atención a la mirada llena de miedo de Naruto, él comenzó a limpiar el corte
con ligeros golpecitos, valiéndose de un trozo de camiseta de algodón y del
peróxido. Naruto se mordió el labio inferior para no gritar, pero tenía el
rostro contorsionado de angustia.
En realidad,
la idea del agua oxigenada haciendo burbujas en medio de la herida era tan mala
como el dolor.
-Respira por
la boca si sientes ganas de vomitar-le indico el moreno- Casi he terminado.-
El rubio
cerró los ojos con fuerza, y no volvió a abrirlos hasta que oyó el sonido de
una tela rasgándose. Sasuke estaba haciendo vendas con otra camiseta. Le vendó
la pantorrilla con fuerza para evitar que la herida siguiera abriéndose.
-Por ahora,
tendremos que conformarnos con esto-dijo, más para sí que para el ojiazul.
Después tomó de nuevo el cuchillo y le indicó:
- Levanta las caderas.-
- Levanta las caderas.-
El rubio
obedeció, evitando mirarlo a los ojos. Entonces, Sasuke le corto la pernera
alrededor del muslo.
-No puedes
caminar así.-
-¡Si
puedo!-exclamo Naruto frenéticamente.
Tenía miedo
de que le dejara atrás. Sin embargo, el moreno se inclinó hacia él, lo tomo por
los brazos y lo ayudo a sentarse.
-Quítate el
abrigo y ponte esta chaqueta de esquiar.-
Sin
discusión, el rubio dejo que el abrigo de piel se deslizara por los hombros.
Con el hacha que había tomado de la cabina de la avioneta, Sasuke cortó tres
ramas fuertes y las limpio.
En silencio,
Naruto observo como formaba una hache, aunque el palo central era más alto de
lo normal. El ojinegro ató las intersecciones con correas de cuero, que había
tomado de las botas de los hombres a los que habían enterrado. Después, tomo el
abrigo de piel y colocó cada una de las mangas sobre los palos más largos.
Naruto se encogió cuando el corto la piel y el forro de satén e hizo un agujero
al final de su precioso abrigo de piel de zorro.
Entonces,
Sasuke lo miró.
-¿Qué pasa?-
El trago
saliva al darse cuenta de que le estaba poniendo a prueba.
-Nada. El
abrigo era un regalo, eso es todo.-
Sasuke le
observo unos segundos antes de hacer un agujero similar en el otro lado del
abrigo. Entonces, paso los palos por los agujeros. El resultado fue unas
parihuelas más que rudimentarias. Sin embargo, Naruto estaba impresionado con
el ingenio y la habilidad de aquel hombre. Y muy aliviado por el hecho de que
el moreno tuviera en mente abandonarlo ni deshacerse de él.
Sasuke puso
una de las camillas en el suelo; después tomo a Naruto en brazos, lo deposito
cuidadosamente sobre el abrigo de piel y lo tapó con más pieles.
-No vi ningún
animal parecido a esto allí arriba-dijo el rubio, pasando la mano sobre una
piel suave y corta.
-Umingmak.
-¿Cómo?
-Así llaman
los inuit a los bueyes almizcleros. Significa que no lo maté yo, solo compré la
piel.
Es muy cálida-le explico Sasuke. Después de ajustarle la manta alrededor
del cuerpo, añadió-: Si quieres, puedes quedarte aquí y permanecer tapado.
El moreno se
incorporó y se enjugó el sudor de la frente con el dorso de la mano. Al rozarse
el chichón de la sien, hizo un gesto de dolor. Naruto habría tenido que
quedarse una semana en cama su hubiera
recibido un golpe como aquel; debía de estar causándole mucho dolor.
-Gracias,
Sasuke-le dijo suavemente.
Él aludido se
quedó inmóvil, lo miró, asintió rápidamente y después comenzó a recoger todas
las cosas. Puso ambas mochilas sobre la parihuela, junto a los rifles.
-Sujétalo
todo, ¿de acuerdo?-
-Sí ¿A dónde
vamos?-
-Hacia el
sureste.-
-¿Por qué?-
-Tarde o
temprano, deberíamos dar con la civilización.-
-Ah-dijo el
rubio. No quería moverse de allí porque sabía que el viaje iba a ser muy
difícil.- ¿Puedo tomar una aspirina, por favor?-
Él saco el
frasco, lo abrió y deposito dos aspirinas en la palma de la mano de Naruto.
-No podre
tragarlas sin líquido.-
Sasuke emitió
un sonido de impaciencia.
-Lo único que
hay es brandy.-
-Brandy, por
favor.-
Él le paso
una de las botellas y lo observó. Naruto tomo un buen trago para tragarse las
pastillas. Se atragantó y tosió. Se le llenaron los ojos de lágrimas, pero con
dignidad y aplomo, le devolvió la botella y dijo:
-Gracias.-
Sasuke sintió
la necesidad de sonreír.
-Puede que no
tengas sentido común, pero tienes agallas, eso sí.-
Y aquello,
pensó Naruto, era lo más parecido a un cumplido que iba a recibir de Uchiha
Sasuke.
Él tomo los extremos de las ramas y se los ajusto bajo los brazos, y después,
comenzó a caminar arrastrando la camilla.
Después de
haber avanzado unos cuantos kilómetros, durante los cuales Naruto no pudo
evitar que le chocaran los dientes con los golpes de su trasero sobre las
piedras, se dio cuenta de que no iba a estar mucho mejor en aquella camilla de
lo que hubiera estado caminando. Tenía que concentrarse para no deslizarse
fuera de las pieles y sabía que tendría hematomas en los glúteos.
A medida que
pasaba el tiempo, oscurecía y hacía más frio. Comenzó a caer nieve en forma de
ligeros copos. Además la pierna le dolía cada vez más, pero habría estado
dispuesto a morderse la lengua antes que quejarse.
Oía la
respiración fatigosa de Sasuke. Para el moreno, las cosas tampoco eran fáciles.
Si no fuera por él, habría podido recorrer el triple de distancia en el mismo
tiempo.
De repente se
hizo de noche, y se volvió peligroso continuar avanzando por aquel terreno tan
accidentado.
Sasuke se
detuvo en un claro y soltó la camilla.
-¿Qué tal
estas?-
Naruto no
quería pensar en el hambre, la sed y el cansancio que estaba sufriendo.
-Bien.-
-Sí, claro
¿Cómo estás de verdad?-insistió Sasuke.
Se arrodilló
a su lado y apartó las pieles que lo cubrían. Naruto tenía el vendaje
ensangrentado nuevamente. Rápidamente, el moreno volvió a taparlo- Será mejor
que nos detengamos para pasar la noche. Ahora que se ha puesto el sol, no sé en
qué dirección avanzamos.-
Él estaba
mintiendo solo para que el rubio se sintiera mejor. Naruto sabía que habría
continuado la marcha de no ser por él. Sin embargo, Sasuke rodeó el claro y
junto hojas de pino. Después extendió
las pieles encima del cúmulo y volvió por Naruto. Lo tomó en brazos y lo
depositó cuidadosamente sobre el lecho que había formado. Al tumbarse, el rubio
suspiro de alivio. Sasuke lo tapó con pieles.
-Encenderé
una hoguera. No será grande, porque no hay leña seca, pero será mejor que nada,
y nos ayudará a mantener a raya los posibles visitantes.-
Naruto de
estremeció y se puso las pieles sobre la cabeza, para protegerse del
pensamiento de los animales salvajes y de la helada precipitación que
continuaba espolvoreando el suelo.
Sin embargo, el dolor de la pierna, cada vez más intenso, no le permitía dormitar. Se sintió cada vez más inquieto, hasta que finalmente, sacó la cabeza de entre las pieles.
Sasuke había conseguido encender el fuego humeante, débil y lo había rodeado de piedras para impedir que se extendiera.
Sin embargo, el dolor de la pierna, cada vez más intenso, no le permitía dormitar. Se sintió cada vez más inquieto, hasta que finalmente, sacó la cabeza de entre las pieles.
Sasuke había conseguido encender el fuego humeante, débil y lo había rodeado de piedras para impedir que se extendiera.
Sasuke lo
miró. Se abrió una de las muchas cremalleras que tenía su abrigo, extrajo algo
de un bolsillo y se lo lanzo. Naruto lo atrapo con una mano.
-¿Qué es?-
-Una barra de
cereales.-
Al pensar en
comida, a Naruto comenzó a rugirle el estómago. Rasgo el envoltorio para
meterse toda la barra en la boca, pero antes de hacerlo, se contuvo…
-No…no tienes
por qué compartirla conmigo-dijo con un hilillo de voz- Es tuya, y quizá la
necesites más tarde.-
-No, no es
mía. La encontré en el bolsillo del abrigo de otro.-
Pareció que
el moreno disfrutaba brutalmente al decirle aquello, dándole a entender que, si
la barrita de cereales fuera suya, se lo pensaría dos veces antes de
compartirla con él.
Fuera cual
fuera su intención, le había estropeado aquel momento. La barra le supo cómo
serrín; Naruto mastico y trago mecánicamente, en parte por la sed. Como si le
estuviera leyendo el pensamiento, Sasuke dijo:
-Si no
encontramos agua para mañana, tendremos problemas.-
-¿Y crees que
la encontraremos?-
-No lo sé.-
El rubio se
tendió entre las pieles pensativamente.
-¿Por qué
crees que ocurrió el accidente?-
-No lo sé.
Supongo que por una combinación de cosas.-
-¿Tienes idea
de donde estamos?-
-No. Tendría
una idea aproximada de no haber sido por la tormenta.-
-¿Crees que
nos salimos del rumbo?-
-Sí, pero no sé
cuánto.-
-¿Habías
estado en el Great Bear Lake antes?-
-Una vez.-
-¿Cuándo?-
-Hace varios
años.-
-¿Cazas
mucho?-
-Un poco.-
No era
exactamente hablador, pero Naruto quería entablar conversación para distraerse
del dolor de pierna.
-¿Crees que
nos encontraran?-
-Quizá.-
-¿Cuándo?-
-¿Qué te
crees que soy, una enciclopedia?-le dijo él, desabridamente, y se puso en pie
con brusquedad-. Deja de hacerme preguntas. No se las respuestas.-
-Solo quería
saberlo-respondió Naruto, quejumbrosamente.
-Bueno, pues
yo también. Pero no lo sé. Ya te he dicho que las posibilidades de que nos
encuentren son remotas, porque el avión se había apartado de su rumbo. Y ahora,
cállate.-
Naruto se quedó
en silencio. Sasuke recorrió el claro en busca de ramas secas. Añadió unas
cuentas a la hoguera y, después, se acercó al rubio.
-Deja que te
vea la pierna.-
Sin
miramientos, aparto las pieles, y con habilidad, fue cortando los nudos del
vendaje ensangrentado con su cuchillo de caza.
-¿Te duele?-
-Sí.-
-Bueno, no es
de extrañar-dijo él con el semblante grave, mirando la herida. Su expresión no
era precisamente reconfortante.
Mientras el
rubio sujetaba la linterna, él volvió a limpiarle el corte con agua oxigenada y
le puso un vendaje limpio.
Cuando terminó, el menor tenía los ojos rojos y los labios hinchados de
mordérselos, pero no se había quejado ni una sola vez.
-¿Dónde
aprendiste a hacer los vendajes tan bien?-
-En
Vietnam-respondió él en un tono cortante, que indicaba que no quería más
preguntas al respecto- Toma otras dos aspirinas-le dijo, y después, él mismo
tomó otras dos. Sasuke no se había quejado, pero debía tener un tremendo dolor
de cabeza-. Y bebe unos tragos más de brandy. Creo que por la mañana lo vas a
necesitar.-
-¿Por qué?-
-Por la
pierna. Probablemente, mañana será el peor día. Después de eso, quizá empiece a
mejorar.-
-¿Y si no
mejora?-
Él no dijo
nada. No era necesario.
Con las manos
temblorosas, Naruto se llevó la botella de brandy a los labios y tomó unos
cuantos sorbos. Las ramas de la hoguera habían prendido, y Sasuke añadió algo
más de leña. Sin embargo, no proporcionaba suficiente calor como para que él se
quitara el abrigo, cosa que hizo. Y para sorpresa de Naruto, también se quitó
las botas, y le dijo a Naruto que hiciera lo mismo.
Después hizo un fardo con los abrigos y las botas y lo metió al fondo de las
pieles.
-¿Para qué es
eso?-le pregunto Naruto. Ya tenía los pies helados.
-Si sudamos
con las botas y comienza a hacer más frio, podemos congelarnos. Échate a un
lado.-
Naruto lo
miró con aprensión.
-¿Eh?-
Con un
suspiro de impaciencia, Sasuke se tendió a su lado, obligándolo a hacerle sitio
bajo las pieles. Alarmado, el rubio exclamó:
-¿Qué haces?-
-Echarme a
dormir. Si te callas, claro.-
-¿Aquí?-
-No había
alojamiento con camas separadas.-
-Pero no
puedes…-
-Relájate
señorito… ¿Cómo era?-
-Uzumaki.-
-Sí,
‘señorito Uzumaki’. El calor de nuestros cuerpos evitará que nos
congelemos-sentencio
Sasuke. Se acurrucó contra el ojiazul y les cubrió las
cabezas con las pieles, formando un refugio muy efectivo -Ahora túmbate de
costado.-
-Vete al
demonio.-
-Mira, no
quiero congelarme. Y tampoco tener que cavar otra tumba para enterrarte, as que
haz lo que te he dicho. Ahora.-
Debía de
haber sido oficial en Vietnam, pensó el rubio con sarcasmo mientras se tumbaba
de costado. Él le rodeo la cintura con un brazo y la atrajo hacia sí, hasta que
sus cuerpos estuvieron ajustados el uno al otro. Naruto apenas podía respirar.
-¿Esto es
estrictamente necesario?-
-Sí.-
-No voy a ir
a ningún sitio, así que no tienes que poner el brazo ahí.-
-Me
sorprendes. Creía que te gustaría-dijo el moreno y le apretó la palma de la
mano contra el estómago -Eres una verdadera monada ¿Acaso no esperas que todos
los hombres se exciten cuando te ven?-
-Suéltame.-
-Con ese
brillante cabello, de un color tan poco corriente.-
-¡Cállate!-
-Seguro que
estás orgulloso de tu aspecto, y que los hombres y mujeres te encuentran
irresistible. Ese copiloto, sí. Estaba salivando por ti. Casi tartamudeaba.-
-No sé de qué
estás hablando.-
-Oh, sí,
claro que sí. Debes de habértelo pasado muy bien, dejando asombrados a todos
los hombres de la avioneta cuando subiste, con el abrigo de piel, con esas
mejillas tan sonrosadas y esa boquita tan sexy.-
-¿Por qué
estas estás haciendo esto?-le pregunto el rubio en un sollozo.
Sasuke
masculló una maldición, y cuando habló de nuevo, su tono de voz no era de
broma.
Era de cansancio.
-Para que estés
seguro de que no voy a aprovecharme de ti durante la noche. Los y las rubias
nunca han sido de mi gusto. Además todavía tienes el cuerpo caliente de tu
amante. Teniendo en cuenta esas cosas, tu virtud está a salvo conmigo.-
Naruto
reprimió las lágrimas de humillación.
-Eres cruel y
vulgar.-
Él se rio.
-Ahora hablas
de un modo tan ofendido que no me siento tentado a aprovecharme de ti, así que
no te preocupes. Duérmete ¿De acuerdo?-
El ojiazul
tuvo que apretar los dientes para no responder a aquella grosería. Mantuvo el
cuerpo rígido y puso una barrera entre ellos, aunque no física, si mental.
Intento hacer caso omiso del calor corporal que desprendía Sasuke, que le traspasaba la ropa, y de su respiración, que le rozaba el cuello cada vez que exhalaba, y del poder oculto de sus muslos, que se adaptaba a su espalda.
Intento hacer caso omiso del calor corporal que desprendía Sasuke, que le traspasaba la ropa, y de su respiración, que le rozaba el cuello cada vez que exhalaba, y del poder oculto de sus muslos, que se adaptaba a su espalda.
Poco a poco, y con la ayuda del brandy que había bebido,
se relajo, finalmente, se durmió.
♦♦◘♦♦◘♦♦◘♦♦◘♦♦◘
Continuará...
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¡Konnichiwa/Konbawa! ^^ espero que este segundo capitulo haya sido de su agrado, y perdonen la espera TwT
¡Bueh! Gracias a mi Beta Reader: Andrómeda Walker Nightray
¡Arigato Andri~~~!
Sin más cosas relevantes que decir ls digo adiós! Sayonara! Comenten onegai!
Un blog se alimenta de sus comentarios~~
Dewa!
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Dewa!